domingo, enero 30, 2005

Los ritos y la liturgia

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.
A mi Madre Resp.·.Log.·. “ILUSTRE AMERICANO Nº 150”

S.·. F.·. U.·.

Por el Q:. H:. Ernesto Márquez Marín, Or:. de Antimano, Venezuela

El trabajo que presento y está a vuestra consideración, lo he titulado: "LOS RITOS Y LA LITURGIA".

LOS RITOS: Cuando se habla de rituales, automáticamente asociamos esta palabra con el aspecto religioso. Sin embargo, este conjunto de costumbres siempre han acompañado al ser humano en todas las etapas de su vida. Independiente de la religión; se siguen rituales al nacer, al crecer, al levantarnos por la mañana, al terminar el día, al relacionarnos con nuestra familia y la sociedad, y hasta en el momento de la muerte. En una fiesta de cumpleaños cuando llevan el pastel a la mesa, con las velas encendidas, todos cantamos espontáneamente, "El Cumpleaños Feliz". Todos saben las palabras y la melodía y todos los invitados cantan juntos. Antes de un partido de fútbol, nos paramos y cantamos el Himno Nacional. Cuando nos presentan a otra persona por primera vez extendimos la mano; con un amigo de corazón ofrecemos un abrazo. En una reunión de los Niños Exploradores (Boy Scout) o del Concilio de la Ciudad con Niños Exploradores presentes, nos paramos para la presentación de la bandera y la recitación de la Promesa de Fidelidad. Cuando nos gusta un discurso, presentación o canción, aplaudimos. ¡Si nos gusta mucho, aplaudimos mucho! Estos son ritos muy conocidos. No los aprendemos de libros, los aprendemos al hacerlos. Comprendemos su sentido porque las acciones se explican por sí mismas. Los ritos permiten que las reuniones de grupos de personas, sean de dos o tres, o de dos o tres mil o de dos o trescientos miles de personas actúen de manera mutuamente reconocible. Aprendemos los ritos al repetirlos y nos dirigen a actuar juntos para propósitos determinados: una fiesta de cumpleaños, un entierro, una boda, una competición atlética, una celebración civil, una cena pública o la celebración de la Eucaristía en la Iglesia Católica. Creencias, rituales y preceptos de carácter moral, en estrecha relación como aspectos de una misma realidad, están en el meollo de toda religión. Las creencias pertenecen al ámbito del pensamiento y en muchas culturas en función de ellas se ha desarrollado la propia visión del mundo. Los rituales -de adoración, petición, sacrificios y ofrecimientos a los seres divinos-, son acciones que se practican en determinados tiempos y lugares. Los preceptos o mandamientos se dirigen a establecer un orden moral y asimismo a normar los actos rituales. Los rituales, aunque también ostentan estructuras y ordenamientos que deben aprenderse y atenderse, rebasan lo meramente conceptual y constituyen manifestaciones de la religiosidad. Las formas más íntimas de esas manifestaciones pueden identificarse en los actos personales de oración, sacrificio y adoración practicados en el hogar o en otros lugares, incluyendo las escuelas y los templos. Desprovistos en general tales actos de solemnidad, muchos de ellos se producen de acuerdo con ciertas normas y en determinados momentos. Como ejemplo pueden aducirse las oraciones y ofrecimientos que en el seno de la familia se hacen al levantarse, al tomar los alimentos y al acostarse. Los nuevos rituales son tan antiguos como el mundo, pues contienen el esoterismo magia del viejo Egipto de los faraones, tantrismo oculto en el fondo mismo del arca de la ciencia, magismo cristico trascendental, divinal. En vano los profanos y profanadores intentaran burlarse de los dioses santos, en realidad esas deidades no solamente gobernaron al mundo en tiempos más felices, sino que además se expresan litúrgicamente para bien de nuestros neófitos en esta hora crucial de crisis mundial y banca rota de todos los principios éticos. Cuando la humanidad abandono el culto a los dioses santos cayo en el materialismo grosero de esta espantosa era. Nosotros los masones, nos adelantamos en el tiempo invocando a esos seres inefables durante los trabajos litúrgicos mágicos esotéricos, que tan indispensables son para nuestra superación espiritual. Incuestionablemente los guardianes de la esfinge elemental del desierto, nos vigilan en estos momentos, cuando con tanto amor hemos condensado la sabiduría de los antiguos tiempos ritualizando. Cada ritual es una catedral para la conciencia; que se explica a través del lenguaje alegórico, simbólico y místico en liturgia. El sistema ritualistico en el fondo es didáctico y dialéctico; se trata de una didáctica trascendental que se fundamenta siempre en la lógica superior, esta ultima en si misma es desconocida por los secuaces de la lógica formal. Sin embargo en forma enfática afirmaremos que la lógica superior trasciende de los meros formulismos intelectivos de la lógica formal y de la lógica dialéctica, quedando estas ultimas, reducidas en ultimo instante a vana palabrería insustancial de charla ambigua. Así pues los rituales poseen fundamentos logísticos trascendentales, que incuestionablemente vienen a dar paso a los fundamentos psicológicos ritualisticos. Es claro que mediante el ritual, los átomos de altísimo voltaje descienden del mundo del logo solar para acumularse en el pan y en el vino de la transubstanciación. Los devotos al comer el pan y beber el vino, llevan a su organismo tales átomos de extraordinario esplendor. Los rituales, son un conjunto de textos que guardan concordancias armoniosas, entre la palabra del oficiante y las combinaciones de letras o vocales, que producen sonidos o vibraciones, que atraen corrientes bioelectromagnéticas, para estimular o impactar las células, moléculas, átomos de los participantes al culto, y que en definitiva, los comunica de un mundo inferior a mundos superiores de conciencia. En los rituales transmutamos las energías que circulan por todo nuestro organismo, sublimándolas hasta el cerebro y corazón. Los Ritos nos auxilian, nos instruyen, nos iluminan y así marchamos hacia la autorrealización intima del ser. Cuando ritualizamos y vocalizamos los mantrams secretos, se hace presente todo el poder de la naturaleza divina, y aparece la ayuda del poder sagrado para sublimar la energía hasta el cerebro y corazón, esta es la seminización del cuerpo del alma y del espíritu. Los rituales con sus invocaciones mántricas son una poderosa ayuda en el trabajo de la transformación del ser humano. Aprendemos cómo participar en las ceremonias masónicas al hacer las acciones vez tras vez. Los ritos nos dan señales direccionales para celebrar estas ceremonias juntos como el pueblo del G.·.A.·.D.·.U.·.

Los Ritos para nuestra Institución Masónica, se encuentran en los Rituales de Grado, conformes al ordenamiento legal vigente y aprobación del Congreso Masónico Venezolano. Indudablemente al G.·.A.·.D.·.U.·. se le encuentra en la liturgia, en el camino místico litúrgico, en la vía angosta estrecha y difícil que con tanto énfasis indicara siempre la liturgia. LA LITURGIA: La liturgia es vida, y la vida no es para definirse, sino para experimentarse. La liturgia, antes de ser una ciencia, fue una vivencia de la comunidad, un intercambio de vida entre el Creador y su pueblo. La palabra LITURGIA viene de un vocablo GRIEGO (leitourgia) originalmente el término indicaba la obra, la acción o la iniciativa tomada libre y personalmente por una persona privada (individuo o familia) en favor del pueblo, del barrio, de la ciudad o del Estado. Los griegos llamaban liturgia a la obra que un grupo o una persona hace en beneficio del pueblo, sea periódica o extraordinaria (como liberar esclavos, prestar un servicio público, hacer un favor comunitario, etc.). Estas obras son parte esencial de la democracia e indicaba también las funciones públicas en el campo político y técnico: servicio militar, ocupación de esclavos, agricultura, etc. Los análisis de la FORMA y del FONDO de la liturgia constituyen lo que se llama LA LITURGICA. Esta misma no es capaz, por sí misma de agotar el sentido completo de la Liturgia. Porque la Liturgia moviliza todas las facultades del hombre, tanto psicosomáticas como espirituales, y porque la Liturgia no se agota en las Rúbricas, ni en su Teología, éstos son solamente medios del ejercicio y llegan a ser Liturgia en la medida en que son realizados oportunamente por aquello y por aquellos a los cuales han sido instituidos. Se trata de una obra espiritual: relación entre el Creador y el hombre, la Liturgia es un punto de convergencia entre dos teologías, la "especulativa" y la "mística". Entre el Absoluto que se revela condescendiendo y la criatura que se ilumina Elevándose. En la Biblia, versión de los LXX, en el antiguo testamento, la palabra liturgia designa en su mayoría el culto externo que los sacerdotes y levitas ofrecen en el templo, sobre todo los sacrificios (Ex 27,19; 28,35.43; Nm 4,3; 31,33.39; 1Cro 23-28) en oposición al culto espiritual que pedían los profetas. Por tanto, la liturgia es una función pública y solemne realizada por quienes están revestidos de poder. En la traducción Griega del Antiguo Testamento (AT) llamada de los LXX, Liturgia indicaba siempre, sin excepción, el servicio religioso hecho por los Levitas a Yahvé, primero en la TIENDA y luego en el TEMPLO DE JERUSALEN. Era un culto público, distinto del privado, a éste en la traducción de los LXX se refería principalmente con los términos de LATRIA o DULIA. La Liturgia es ante todo MISTERIO y ORACION, es decir VIDA TEANTROPICA y OPERACION SACRAMENTAL. El objeto de la Liturgia es poner en práctica el misterio revelado del G.·.A.·.D.·.U.·.

El modo OPERATIVO de la Liturgia es concretamente aquel que consiste en PARTICIPAR EN EL MISTERIO. La liturgia le recibe y le confiesa en sus diversos aspectos. Ella pide que el Misterio se realice para cada uno de los Miembros de la asamblea de la acción litúrgica, para el conjunto de la logia masónica y para el Universo. Ella conmemora, contempla y reactualiza las etapas de la revelación. Ella bendice y santifica a los hombres y a las cosas, al espacio y al tiempo. Ella proclama la Palabra Divina, hace aparecer la enseñanza; medita ésta y exhorta a los participantes a cumplir con los preceptos. Ella se une a la alabanza y a la oración de los Seres incorporales, une el cielo y la tierra haciendo descender aquél y subir a ésta; exorciza los demonios. Ella une al G.·.A.·.D.·.U.·. y al hombre. La Liturgia es por tanto MISTERICA POR NATURALEZA, cuyos componentes esenciales son: · La existencia de un acontecimiento primordial de Purificación. · La presencia del mismo acontecimiento por medio de un rito. · Gracias a su presencia ritual cada hombre en cada tiempo actúa como propio el acontecimiento primordial de Purificación. La liturgia es la acción ritual de la obra del G.·.A.·.D.·.U.·., o sea, es la presencia, bajo el velo de los símbolos y simbología masónica. En ella los signos sensibles significan y realizan la perfección del hombre y su mundo suprafisico. Los ritos simbólicos son lo que para el G.·.A.·.D.·.U.·. era su humanidad, ahora con la mediación del rito se le comunica, para que se asocie a Él, a toda la comunidad masónica. Resumiendo y buscando una definición de Liturgia, y luego de haber comprendido lo anteriormente expuesto, podemos decir: "La Liturgia es una acción sagrada a través de la cual, con un rito, en la Logia Masónica y mediante la celebración de ceremonias, se ejerce y continúa la obra del G.·.A.·.D.·.U.·., es decir, la búsqueda de la perfección de los hombres, para la gloria del Gran Arquitecto". Asumiendo todo lo anterior podemos decir que FORMAR LITURGICAMENTE nunca es entendido sólo como un conjunto de conocimientos sobre la liturgia, sino que afecta también a la espiritualidad de los iniciados y a su participación en la vida. La Liturgia es acción porque se presencializa y actualiza el Misterio. Todo acto litúrgico es acción simbólica.

En él se RE-PRESENTA (actuación donde se tiene que saber actuar, drama, arte que se aprende) el hecho de iluminación, purificación, intercomunión, perdón y paz, De allí que el ACTOR o SUJETO visible de la Liturgia es la Logia, aunque jerárquicamente constituida, es la forma exterior y sensible del culto, es decir el conjunto de ceremonias y ritos. Es un Misterio, acción ritual de la obra redentora del G.·.A.·.D.·.U.·. presente y operante en los símbolos. Podemos sacar algunas conclusiones sobre “liturgia”: · Primera: el carácter comunitario de la liturgia. La liturgia es una acción y función de todo el pueblo del G.·.A.·.D.·.U.·. · Segunda: su carácter de acción: La liturgia pertenece al orden del hacer. · Tercera: la liturgia tiene un carácter sagrado, por consiguiente, siempre pueden descubrirse nuevas dimensiones. · Cuarta: su dinamismo. No es algo estático, sino acomodado a los tiempos y problemas teológicos y pastorales, y cada vez más profundizado. Vamos a concluir diciendo que: · La liturgia es acción, supone salir de la pasividad, con creatividad y movimiento, exige actuación de los actores. · La acción litúrgica tiene carácter simbólico-ritual; es decir, el sistema expresivo debe impactar y hablar por sí mismo sin necesidad de explicaciones verbales. · Tiene una estructura sacramental, es decir, una parte visible y otra invisible. Los contenidos invisibles que nos llegan a través de la celebración son: nuestra participación en el culto, y, por tanto, la realización de un momento más en la Historia de la Salvación. Por tanto el único medio para comprender verdaderamente la liturgia es tomar personalmente, parte en esa acción con el conjunto de todos nuestros QQ.·. HH.·., vivirla, ser liturgo, es decir ejercer el ministerio del culto. La acción Litúrgica es la de toda la asamblea que representa al pueblo del G.·.A.·.D.·.U.·, en las dimensiones de su estructura jerárquica. Recordemos que todo masón es iniciado y ungido por la ceremonia de iniciación a la dignidad de miembro de la "comunidad masónica" y una de cuyas funciones principales es precisamente la acción Litúrgica. RELACIÓN ENTRE RITUALES Y LITURGIA Los ritos son esenciales para la Liturgia. La liturgia siempre implica una obra, algo hecho y experimentado. Los ritos son la acción repetida en señales. Rito es lo que HACEMOS al celebrar una ceremonia. No es lo mismo hablar de rituales que de liturgia. La liturgia es la manifestación pública de la fe de una comunidad en algo que cree, a través de determinadas acciones o actividades. Pero cuando se vive de "labios para afuera", sin conocerla plenamente, interiorizarla, asimilarla, sentirla ni apreciarla, se convierte en un ritual. Los rituales son cuestiones mecánicas con algunos simbolismos, pero sin ningún contenido ni influencia en la vida de las personas que los practican. Quiero terminar este trabajo proclamando, lo siguiente: " Volquemos nuestras miradas sobre nuestras celebraciones, busquemos dos o tres caminos para sostener lo ya alcanzado y busquemos juntos también dos o tres caminos que hay que ir empezando a transitar para poder lograr una celebración litúrgica como se ha profundizado en este trabajo, entendiendo finalmente por liturgia, el trabajo de corazón que nos envuelve en su totalidad y donde debemos preguntarnos... ¿Que es lo que mas disfrutamos de ella? ".

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